Hace 32 mil años el hombre creó a Dios. Ocurrió en lo que hoy es Alemania, tal vez al aire libre o tal vez en una cueva, pero no en un templo. Un antiguo homo sapiens esculpió una estatuilla que no representaba a ninguno de los suyos ni tampoco a un animal; nuestro antepasado dio forma, en un trozo de marfil, a un ser que no existía sino tan sólo en su imaginación: cuerpo humano y cabeza de león. El primer Dios conocido de nuestra especie y el primero de Su especie.